martes, 25 de octubre de 2011

EL COLOR

Consumos



Cada persona es dueño de su propio organismo. Dispuesto a ingerir lo que desee.

Como dicen, cada quien es dueño de su templo. Capaz de querer conservarlo o deteriorarlo.

Para algunos es más sencillo consumir algún alimento saludable e indispensable para su cuerpo.

Aquí suponemos a un cuerpo "sagrado", liberándolo de elementos dañinos.
Sin embargo, quizás a otros no les importe tanto y olvidan esa parte de ser cautelosos con ellos mismos, hasta se podría llegar a un extremo de consumo excesivo.

Nadie puede afirmar que fumar o tomar es de villanos. Todo es cuestión de cada criterio.

Por lo tanto, de decidir que nos conviene para nosotros.




Sagrado

















Profano